lunes, 20 de junio de 2016

ASÍ DEBES DE ELEGIR A UN COMPAÑERO DE RELACIÓN PARA TODA LA VIDA




1- Elige a alguien como si fueras ciego. Cierra los ojos y observa qué puedes sentir de esa persona, de su gentileza, su lealtad, su comprensión, su devoción, su habilidad para ocuparse de ti, su habilidad para cuidar de sí mismo como un ser independiente. En nuestra cultura nos basamos mucho en lo que vemos con nuestros ojos externos. Pero cuando miramos al objeto de nuestro amor, es mucho más importante lo que vemos con los ojos cerrados.

2- Elige a alguien que tenga la habilidad de aprender. Si hay algo que verdaderamente hace diferencia entre un amante para toda la vida y uno fugaz, es una persona que tenga la habilidad de aprender. Dice el refrán “el ignorante es poco tolerante”. Aquellos que no pueden aprender cosas nuevas, ver las cosas a la luz de lo nuevo, ser curiosos acerca del mundo y de cómo funcionan las cosas o las personas, a menudo se cierran y dicen. “No, esto tiene que ser así, de este modo” y para una relación de toda la vida es mejor estar con alguien que se abra y se cierre aprendiendo y evolucionando.

3- Elige a alguien que quiera ser como tú, fuerte y sensible a la vez. Para no confundir el significado de estas palabras, no relacionarlas con la rigidez y la fragilidad. La fuerza en el sentido en que es fuerte un árbol: pueden soplar fuertes vientos pero se sostendrá porque es flexible y se moverá para adelante y para atrás con el viento. Y en cuando a la sensibilidad, estoy hablando de ver, estar alerta a las cosas que están alrededor de uno. Algunas personas pueden necesitar una pequeña ayuda en esto, pero a menudo en algún en algún lugar profundo en su mente, o en su corazón, ya están despiertos y alerta a todas estas cosas, si bien no saben cómo articularlas. Y es por eso que el número 2 es tan importante: la habilidad para aprender. Puedes tener todas las posibilidades, todas las potencialidades del mundo para ser amable, amoroso, devoto, bueno y el mejor amante conocido del género humano pero si no puedes aprender a desarrollar ese potencial. ¡Entonces no sirve de nada!


VAMPIROS EMOCIONALES





En este mundo hay personas que, intencionalmente o no, pueden hacernos sentir deprimidos, abrumados, enfadados e incluso aniquilados.

Haz una prueba sencilla: ¿Existe alguien que evitas o rehuyes, sea en persona o por teléfono? ¿A quién te cuesta mucho trabajo devolverle una llamada, porque la sola idea de hablar con él o ella te cansa? Después de compartir con cierta persona, por “agradable” que haya sido el encuentro, ¿te quedas tensa, molesta o agotada… y muchas veces ni siquiera entiendes por qué?

Si has respondido que sí a cualquiera de estas preguntas, no lo dudes: estás tratando con un vampiro emocional. Lo insidioso de este problema, es que puede ser un desconocido… o un ser querido: el padre, el cónyuge o el mejor amigo. De igual manera, la relación puede ser cercana o distante; la persona agradable o desagradable… pero el efecto que tiene sobre ti siempre es tóxico.

“Están ahí afuera, disfrazados de gente normal, hasta que sus necesidades internas los convierten en depredadores. No buscan vuestra sangre, sino vuestra energía emocional" 

Tienen el poder no solo de exasperaros, sino de hipnotizaros, de obnubilarnos la mente con promesas falsas hasta enredaros en sus hechizos. Los vampiros emocionales os atraen para luego vaciaros.

Los vampiros emocionales son vecinos cálidos y cordiales delante de vosotros, que a vuestra espalda extienden rumores.

Al principio, parecen mejores que las personas corrientes. Son brillantes, encantadores. Os caen bien, confiáis en ellos, esperáis más de ellos que de otras personas.

Esperáis más, pero recibís menos y al final os capturan. Los invitáis a que entren en vuestra vida y rara vez os dais cuenta del error hasta que han desaparecido, dejándoos vacíos, las carteras vacías o, quizá, el corazón roto. Aún entonces os preguntáis… ¿Serán ellos o yo? Son ellos. Vampiros emocionales.”

Al igual que el resto de uniones que desarrollamos a lo largo de nuestra vida, los vínculos emocionales crecen de una u otra forma según cómo sean alimentados. Naturalmente, si les damos de comer tristeza, envidia, quejas o enfados constantes, lo que haremos será crear vínculos poco saludables.

De sobra es sabido por todos que hay relaciones que pueden ser excesivamente perjudiciales para nosotros, generando un drama de enormes dimensiones y atentando contra nuestro equilibrio emocional.

Lo cierto es que, sin estrategias eficaces de autodefensa para mantenerlos a raya, somos un suculento plato para los manipuladores emocionales, lo que hace que acabemos desarrollando comportamientos y síntomas poco saludables (comer en exceso, aislarse, cambiar de humor fácilmente, sentirse constantemente fatigados…).

Se les ha llamado de muchas maneras: personas tóxicas, vampiros o depredadores emocionales, parásitos, etc. Sea como sea, aunque esta clasificación no tenga base científica, hay personas que agotan y nos hacen entrar en un estado de hundimiento emocional que nos resulta difícil de sobrellevar.

 “No son intrínsecamente malos, pero su inmadurez les permite operar sin pensar si sus actos son buenos o malos.” Albert J. Bernstein

A continuación, os definimos 5 tipos de personas que intoxican nuestras emociones, chupando nuestras energías como un vampiro y acechándonos como si de un depredador se tratase:


viernes, 10 de junio de 2016

LIBERARSE DE CIERTAS COSAS NO ES EGOISMO ,ES AMOR PROPIO





Cuando me amé de verdad comprendí que, en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto, en la hora correcta, y en el momento exacto, y entonces, pude relajarme.

Hoy sé que eso tiene un nombre: Autoestima


Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia, y mi sufrimiento emocional, no es sino una señal de que voy contra mis propias verdades.

Hoy sé que eso es: Autenticidad


Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a aceptar todo lo que acontece y que contribuye a mi crecimiento.

Hoy eso se llama: Madurez


Cuando me amé de verdad, comencé a percibir que es ofensivo tratar de forzar alguna situación, o persona, sólo para realizar aquello que deseo, aun sabiendo que no es el momento, o la persona no está preparada, inclusive yo mismo.

Hoy sé que el nombre de eso es: Respeto


Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas, situaciones y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. De inicio mi razón llamó a esa actitud egoísmo.

Hoy se llama: Amor Propio



Cuando me amé de verdad, dejé de temer al tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero, y a mi propio ritmo.

Hoy sé que eso es: Simplicidad y Sencillez


Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón, y así erré menos veces.

Hoy descubrí que eso es: Humildad


Cuando me amé de verdad, desistí de quedarme reviviendo el pasado, y preocupándome por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece.

Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama: Plenitud


Cuando me amé de verdad, percibí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando la coloco al servicio de mi corazón, ella tiene un gran y valioso aliado.

Todo eso es: Saber Vivir


Charles Chaplin



Amarse de verdad no es ser egoísta ni abandonar a los demás, sino saber que primero debes ser tú quien piense por ti y quien sienta por ti. Significa conocerte y serte fiel, no faltarte al respeto y alcanzar la plenitud emocional.

El egoísmo es algo así como una pasión desordenada por uno mismo que, en su unión con la desconfianza forman un cóctel mortal. Sin embargo, el amor propio es poder dedicar al espejo miradas sabias y cómplices, sonreírse y llorarse, aceptar el momento y darse permiso para sentir lo que se quiera sentir.

Alguien dijo alguna vez que existe al menos un rincón en el universo en el que con toda seguridad puedes mejorar, ese lugar eres tú mismo. A veces, para conseguirlo, tendrás que dejar ir ciertas cosas, pero es la única manera de que otras mejores se aproximen.

Se hace totalmente necesario decir adiós a los rencores, a los reproches y a las culpas, debemos evitar comprar la felicidad y tenemos que hacer un esfuerzo por construir desde dentro nuestra vida.


El mundo necesita más amor propio y menos autorrechazo


El amor hacia tu persona es el único que estará contigo hasta la muerte, el único que te permitirá amar en plenitud a los demás, ser fiel, perdonar y comprender. Realmente amarse a uno mismo y no hacer daño a los demás es un arte.

No te vale de nada reprocharte ante el espejo, sufrir por tus sentimientos o esperarte que siempre te llegue lo peor. Debes ser rápido, sincero,  fuerte, paciente, prudente y valiente contigo mismo.

Recuerda que la falta de amor propio alimenta tus miedos, que no te sirve de nada enfrentarte a ellos, sino que lo que debes hacer es quererte más. Debes aprender a decir “me quiero” antes de decir “te quiero”.


Tu amor propio puede estar malherido, pero nunca muere. Pasa tiempo contigo mismo, sé amable con los demás y nunca pares de buscar oportunidades de crecimiento personal.


Enamórate de tu ser y de tu existencia.

30 COSAS QUE DEBES DEJAR DE HACERTE A TI MISMO






1- Dejar de gastar el tiempo con las personas equivocadas.

2- Dejar de huir de tus problemas.

3- Dejar de mentirte a ti mismo.

4- Dejar de poner tus necesidades en segundo plano.

5- Dejar de intentar ser alguien que no eres.

6- Dejar de aferrarte al pasado.

7- Dejar de tener miedo a cometer un error.

8- Dejar de reprenderte por los errores del pasado.

9- Dejar de intentar comprar la felicidad.

10- Dejar de mirar exclusivamente a los demás para ser feliz.

11- Dejar de ser inactivo.

12- Dejar de pensar que no estás listo.

13- Dejar de involucrarte en relaciones por las razones equivocadas.

14- Dejar de rechazar nuevas relaciones solo porque las antiguas no funcionaban.

15- Dejar de intentar competir con los demás.

16- Dejar de estar celoso de los demás.

17- Dejar de quejarte y sentir lástima por ti mismo.

18- Dejar de guardar rencores.

19- Dejar de permitir que otros te bajen a su nivel.

20- Dejar de perder el tiempo explicándole a los demás.

21- Dejar de hacer las cosas una y otra vez sin descanso.

22- Dejar de pasar por alto la belleza de pequeños momentos.

23- Dejar de intentar hacer las cosas a la perfección.

24- Dejar de seguir el camino de menor resistencia.

25- Dejar de actuar como si todo está bien sino lo está.

26- Dejar de culpar a otros por tus problemas.

27- Dejar de intentar ser todo para todos.

28- Dejar de preocuparte tanto.

29- Dejar de centrarte en lo que no quieres que suceda.

30- Dejar de ser ingrato.



martes, 7 de junio de 2016

¿QUÉ ES LA RESILIENCIA?





La resiliencia es la capacidad de afrontar la adversidad saliendo fortalecido y alcanzando un estado de excelencia profesional y personal. Desde la Neurociencia se considera que las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión. Esto les permite una sensación de control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para afrontar retos.

La resiliencia es el convencimiento que tiene un individuo o equipo en superar los obstáculos de manera exitosa sin pensar en la derrota a pesar de que los resultados estén en contra, al final surge un comportamiento ejemplar a destacar en situaciones de incertidumbre con resultados altamente positivos.

Esa capacidad de resistencia se prueba en situaciones de fuerte y prolongado estrés, como por ejemplo el debido a la pérdida inesperada de un ser querido, al maltrato o abuso psíquico o físico, a prolongadas enfermedades temporales, al abandono afectivo, al fracaso, a las catástrofes naturales y a las pobrezas extremas.

Se habla de niños con una enorme capacidad de resiliencia al maltrato, en contraposición con aquellos que posteriormente presentan enormes problemas de adaptación a diversas actividades de su vida (escuela, establecimiento de relaciones sociales consistentes, entorno familiar, etc.), pudiendo manifestar retraimiento excesivo o una gran agresividad, que en cualquier caso les lleva a ser muy vulnerables ante los demás y a proyectar sus sentimientos de rabia contra objetos o personas.

Podría decirse que la resiliencia es la entereza más allá de la resistencia. Es la capacidad de sobreponerse a un estímulo adverso. El ser resiliente no es ser extraordinario: esta capacidad está en toda persona. La tarea es desarrollar esta capacidad con actitud y firmeza.



«Lo que no me mata, me hace más fuerte»  (Friedrich Nietzsche)


«En la Resiliencia, muchas veces triunfar no significa llegar en primer lugar o ser el mejor en lo que se hace, significa el logro de cambiar uno mismo cada vez que se enfrenta la adversidad, para no terminar derrotado por el destino»  (Oscar Chapital )


«Porque la vida no nos pide llegar en primer lugar siempre, lo que nos pide es no rendirnos nunca»  ( Oscar Chapital )