sábado, 19 de noviembre de 2016

¿ POR QUÉ PERDEMOS NUESTRO PODER PERSONAL?




¿Por qué perdemos nuestro Poder Personal?

En nuestro caminar por la vida lo debilitamos porque desconectamos de nosotros mismos.

Con los años, acumulamos renuncias y heridas en nuestro corazón y nuestra alma; y nuestro corazón y nuestro Ser se hacen pedazos.

Algunos pedazos de nuestro corazón y nuestra alma se pierden, otros los dejamos en alguna parte, y otros  siguen dentro de nosotros, olvidados o enterrados voluntaria o involuntariamente.

Aquí os muestro cuatro razones por las que perdemos ese poder personal que todos llevamos dentro:


1. Olvidar lo esencial

Nuestro Ser está formado por distintas dimensiones (el cuerpo físico, el cuerpo mental, el cuerpo emocional, el cuerpo espiritual, el cuerpo ancestral), pero en muchas ocasiones no conocemos bien nuestra complejidad, no la comprendemos y no atendemos el equilibrio.

Vivimos priorizando sólo algunas de nuestras partes, nuestro cuerpo, nos identificamos con nuestro ego y olvidamos a nuestra alma.

Nos hablan de cuidar el cuerpo, la belleza, la imagen, la salud, pero no nos educan para cuidar nuestra mente, nuestra emocionalidad. Menos aún nos enseñan y animan a escuchar nuestro interior sinceramente, a tener en cuenta nuestra esencia, incluso ni nos hablan de ello.

Al final nos identificamos únicamente con los pensamientos y emociones de nuestro ego.

“Nuestro cuerpo tiene un propósito principal: cobijar el alma.”

Olvidamos quiénes somos en cada renuncia a decir lo que pensamos, lo que sentimos o lo que deseamos sinceramente.

Olvidamos quiénes somos cada vez que elegimos no tener en cuenta nuestra intuición y nuestra coherencia interna.

Y en cada silencio, cada falsedad, cada renuncia concreta, desconectamos de nuestra propia naturaleza, de nuestro Ser, y perdemos Poder poco a poco.

Vivimos tan deprisa y tan distraídos que nuestra alma no tiene espacio en nuestra vida.


2. Acumular heridas emocionales y psíquicas.

Vivimos en una cultura donde se alimenta la creencia de que se puede evitar el dolor.

Intentamos permantemente alejar las emociones que consideremos “negativas” o los momentos dolorosos, negarlos, ocultarlos, ignorarlos, etc.

Y esta creencias nos llevan a ocultar las heridas de nuestro corazón y nuestro espíritu en lugar de atenderlas.

Creemos y decidimos que es mejor, más fácil o más prudente relegar al olvido nuestros sentimientos, ilusiones, pensamientos y sueños en lugar de escucharlos.

Intentando evitar el dolor, construimos máscaras de felicidad, fuerza o seguridad, creyendo que es la solución. Pero nuestra propia mentira emocional nos impide sentirnos realmente felices, pues mantiene dentro de nosotros el dolor sin sanar.

Acumulamos recuerdos de tristeza y dolor durante toda la vida sin resolverlos. Acumulamos miedos infantiles, heridas de abandono, recuerdos de dolor, pensamientos limitantes que permanecerán en nosotros arraigados en nuestro interior y en nuestro subconsciente a pesar de nuestro esfuerzo de ignorarlos.

Sabemos que están allí e incluso, a pesar de que los percibimos en el día a día, seguimos en el intento de ignorarlos y no atenderlos, sin aceptar que son una de las causa más importantes de tu debilidad y tu tristeza actual, de tu pérdida de ilusión y Poder Personal.

“No dejes que tus heridas te conviertan en alguien que no eres”

De Dan Van Campnehaud, un gran chamán, aprendí una vez una técnica para cuidarme en los momentos difíciles y protegerme para no seguir acumulando nuevas heridas mientras dedicaba tiempo a sanar las antiguas.

Era una técnica para proteger mi parte frágil y reencontrarme con ella.

Se trataba de tener una “preciosa cajita especial” imaginaria o física. Podía poner a mi niña interior en la cajita cuando vivía un momento doloroso. 

Cuando este momento ha pasado podía abrirla, dedicarle tiempo y atención. Era el momento de parar, y esperar quieta hasta sentir que podía acoger en mi presente y en mi cuerpo a la parte de mí que estaba protegida en la cajita. Me tomaba el tiempo de sentir mis emociones, abrazar mi mundo interior y sentir que había lugar y tiempo para que todas mis partes se reunieran de nuevo. Dedicar el tiempo a sentir que estaba completa para seguir adelante.

Los pequeños rituales psicomágicos que fui aprendiendo de distintos maestros espirituales y maestros terapeutas son uno de los modos más maravillosos que aprendí para cuidar de mi Ser interno.

La terapia psicoemocional bien conducida es fundamental para sanar las heridas acumuladas y todos los patrones de pensamiento y reacción asociados a estas heridas. Además de poner paz dentro de ti, el proceso de sanar te permite construir un nuevo relato de tu historia y de ti mismo mucho más fortalecedor.


3. La fragmentación interna.

Cada día nos suceden cosas, tomamos decisiones importantes, incluso trascendentes, vivimos momentos que nos conmueven en las relaciones con nuestros seres queridos y en todo lo que nos sucede, no le damos tiempo a nuestro corazón ni a nuestra alma para que puedan comprender, integrar o recuperarse.

El tiempo que ellos necesitan es mucho más lento que nuestro ritmo de vida.

A pesar de las heridas, seguimos hacia delante sin parar, con tanta prisa que no podemos mantener el paso de reparación o sanación necesario y perdemos Poder Personal.

El resultado de esto es que, con los años, vamos dejando partes de nosotros mismos y nuestra alma en antiguas parejas, antiguos amigos, antiguos proyectos y sueños a los que, durante un tiempo amamos sinceramente y de los que nos hemos separado de modo doloroso.

En estas roturas, tu corazón se parte y tu alma también y, una parte de ti, se queda en ese sueño junto a esa persona o en ese lugar.

Poco a poco te vas sintiendo vacío y sin fuerza, estás fragmentado.

Cuando te sientes así es el momento de parar. De mirar hacia atrás y recuperar los tesoros que se perdieron abandonados por el camino. Sin ellos, proseguir es vivir fragmentado y sin fuerza. Es vivir con el alma rota.

“No corras. Ve despacio, que donde tienes que ir es a ti solo.

¡Ve despacio, no corras, que el niño de tu yo, recién nacido eterno, no te puede seguir!”. 

Es tan importante parar e ir despacio…


4. Entregar el poder a los demás.

Estamos completamente desenfocados.

Algunos lo sabemos, pero no todos cambiamos nuestro punto de atención.

Atendemos la demanda de una gran cantidad de personas que nos dicen cómo debemos dirigir nuestra vida, qué debemos hacer, cómo demos pensar, sentir, trabajar, vestir, comer, etc.

De este modo, dejamos en manos de los demás y de nuestro ego la dirección de nuestra vida.

Nos dejamos poseer y convencer.

Olvidamos completamente escucharnos a nosotros mismos en profundidad, renunciamos a escuchar nuestra voz interior, nuestra intuición, y si la oímos muchas veces, renunciamos a hacerle caso. La debilitamos omitiendo lo que nos dice y lo ponemos en juicio de nuestra mente y de las opiniones externas.

No permitimos el silencio y la quietud necesarias para que este diálogo interno sincero se dé.

 “Nuestro mayor don es la vida; la habilidad que tenemos para dirigir esa vida viene después.”  Henry Thoreau

Tememos encontrar algo dentro de nosotros que no aprueban los demás.

Tenemos miedo a la contradicción interna y a la desaprobación externa.

Y este miedo y el deseo de pertenecer nos hacen renunciar a muchas cosas que elegiríamos distinto: callamos y cambiamos decisiones, opiniones, pensamientos. Renunciamos a momentos, a personas y a decisiones de vida. Algunas pequeñas y algunas de ellas muy grandes.

Convertimos a todo el mundo en nuestro juez, les damos el poder de conducir nuestra vida a través de la necesidad de aprobación.

Este modo de vivir y estar hacia fuera permanentemente, de renunciar a nosotros mismos, sin escuchar qué nos sucede, qué soñamos, qué opinamos… nos debilita.

Hace mucho tiempo yo también llegué a ese punto de renunciar a mí misma en tantas ocasiones que no sabía ni quién era.

No podía reconocerme, me sentí muy débil, perdida y sin nada de Poder Personal.

Tu Poder Personal es tu fuerza vital, la seguridad en ti mismo, la energía que te nutre de capacidad de ser quien eres, que te da la fuerza de expresar tu autenticidad y crear tu propia vida. 

Tu Poder Personal habita dentro de ti, puedes estar completamente segura y seguro de ello, ¡ve a por él!


No hay comentarios:

Publicar un comentario